No hace falta esperar a un cumpleaños o a una ocasión especial para hacer fotos a los peques. De hecho, algunas de las imágenes más bonitas que he capturado son de momentos cotidianos: esa risa que surge de la nada, el gesto concentrado al jugar, o simplemente una mirada cómplice.
Cada etapa de la infancia tiene su encanto, y las fotos no solo nos ayudan a recordarla, sino que también nos muestran detalles que a veces pasan desapercibidos en el día a día.