En esta ocasión os mostraremos un reportaje fotográfico de comunión muy especial, el de Sasha, nombre peculiar para una niña que no paró de reírse en toda la sesión. Con la daba igual que pose le pidiera o ella pidiera. Disfrutamos muchísimo del paseo por el parque Oromana en el que no pudo faltar su hermano. Una vez dentro, la mamá de Sasha, quería algo distinto a lo que accedió a colocarse una chaqueta vaquera y unos botines con purpurina; no se quién disfrutó más de esa parte si ella o nosotros.

La joven Sasha acudió hasta APS Fotografía, junto con su familia, para que nosotros fuéramos los responsables de su reportaje fotográfico de comunión. Para los niños, la Primera Comunión supone una especie de frontera entre una primera etapa de niñez, una infancia más inocente, hacia un paso más allá en el desarrollo, una etapa previa a lo que vendrá con los años, la pubertad y la adolescencia.

Ahí radica, en muchas ocasiones, la dificultad de este tipo de trabajos. Para realizar un reportaje fotográfico de comunión que sea agradable para cliente y profesional han de ajustarse todos los deseos.

El Parque Oromana, un lugar con mucho encanto

Sasha y su familia se desplazó hasta el Parque Oromana para estas fotos. Allí descubrimos, tras unas fotografías en el estudio, que ella quería ser partícipe y protagonista de su propio reportaje fotográfico. No se limitó únicamente a posar ante nuestra cámara, sino que aportó nuevas ideas, muchas de ellas con mucho sentido.

Rocío, la madre de Sasha, quería también algo diferente, y la idea fue la de que la pequeña posara con una chaqueta vaquera y unos botines con purpurina, mucho brilli brilli para dejar a un lado la etapa más infantil de esta niña pero sin renunciar por completo a ella.

En el reportaje fotográfico aparece también su hermano. En esas edades, una buena relación entre hermanos es fundamental, porque son momentos de mucho cambio en los que se agradece la comprensión y el amor fraternal.

El resultado de la sesión de fotos es el que vemos. Desde APS Fotografía agradecemos enormemente a Rocío su predisposición y la libertad que nos concedió, y como no a Sasha por su talante y su actitud proactiva en todo momento.

Ante reportajes así, uno ya no sabe quien disfruta más del trabajo, si los profesionales por todo lo comentado, o la pequeña Sasha y su familia tras pasar una jornada de diversión y felicidad inolvidables.

Muchas gracias por la libertad que nos diste, Rocío.

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