El motivo de la visita de Curro a nuestro estudio es que cuando nuestro pequeño era un bebé hicimos una sesión Newborn que no pudimos finalizar porque el chiquitín estaba malito, aunque aún así nos quedaron unas instantáneas preciosas que podéis ver en su apartado correspondiente. Así que decidimos que haríamos una segunda parte cuando pasara un poco el tiempo y nuestro protagonista se sentara.

Curro, un bebé con super fuerza

Y así fue como nuestro Curro llegó con sus papás, nos sorprendió porque era un niño muy grande y espabilado para el tiempo que tenía. Fue llegar y sonreírnos con cara de pillo, así que eso nos puso en aviso de que íbamos a pasarlo bien, pero que muy bien. ¡Y así fue!

De ropa optamos por un petito verde agua y como atrezzo un decorado que combinaba a la perfección con el atuendo elegido. Los papás, que ya los conocemos como antes hemos dicho de su primera visita al estudio, estuvieron muy colaborativos en todo momento para que el pequeño se divirtiera durante la sesión, … aunque no tenéis más que ver la cara de felicidad del pequeño y cómo disfrutó de sus fotos.

En todas las sesiones infantiles es super importante que los papis vengan con la idea de que vienen a disfrutar y a pasarlo bien, para que esa energía se le transmitan a los pequeños.

Disfrutad de Curro.