¿Y qué podemos decir de la pequeña Leire? El día que llegó al estudio, le bastó con llegar a la puerta y empezar a reírse sin parar, pues imaginaos el resto de la sesión.

La pequeña cumplía años y sus papás querían tener un recuerdo de su primer añito haciéndole una sesión con una tarta de cumpleaños para luego sacar un álbum.

Ella, que en casa no quería nunca ponerse diademas, llegó y dejó que le pusierámos todo el atrezzo que le teníamos preparado. Comenzamos con la ayuda de sus papis y de canciones infantiles, ¿el resultado? Una mini personita bailando sin parar y tocando las palmas sin dejar de tener ni un segundo la sonrisa en los labios.

Leire, una niña de lo más alegre del mundo

A diferencia de otros niños que ven la tarta y se asustan de que puedan meter los dedos y comérsela con las manos, Leire se volvió loca de contenta y comenzó a comer sin importarle quién estuviéramos allí.

Sus papás, atentos a los movimientos de la pequeña, vieron cómo disfrutaba bailando, riendo y comiendo. Tan sólo hubo un momento de lloro y fue porque Leire, ahí dónde la véis con un año, intentó levantar la tarta en peso y cómo no puedo comenzó a llorar.

Este tipo de sesiones son muy divertidas, pero si llegan niñas como ella, la diversión es doble.

Esta vez, decidimos que el atrezzo sería en tonos rosa y con algún detalle de Disney, con lo que Minnie Mouse entró en acción.

Estamos convencidos de que Leire disfrutó muchísimo en su sesión, pero qué mejor que eso lo decidáis ustedes viendo el reportaje completo. Esperamos que disfrutéis tanto o más que nosotros.

Agradecer como siempre a Lorena Armario Durán por sus riquísimas y preciosas tartas.