¿Qué necesitamos para montar un escenario de una sesión de un cumple? Una ventana, flores, globos, una regadera y rosa, mucho color rosa.

Manoli vino un día por la mañana y me dijo: «me ha hablado muy bien de ti una amiga, y vengo para que me des precio para una sesión para mi niña que cumple un añito ahora, pero sólo quiero unas cuántas de fotos …» A lo que yo le contesté: Vale, pero cuándo las veas las vas a querer todas. Y así fue.

Ángela llegó el día de su sesión al estudio acompañada de su madre y de su hermana mayor. Aquí todas íbamos a ser colaboradoras y protagonistas en mayor o menor medida en la sesión de la pequeña.

Ángela, risueña y con unos ojazos de ensueño

Para Ángela, a diferencia de otras niñas, decidimos que su ropa para sus fotografías sería un peto blanco con detalles en rosa (a juego con el atrezzo de su escenario). Además pensamos que con esos ojazos y esa simpatía que desprende, iba a resaltar mucho más.

La pequeña, en su primer contacto con la tarta, se mantuvo un poco reacia pues no se fiaba de que le riñeran por meter los dedos en esa maravillosa y riquísima tarta obra de Lorena Armario Durán. Tras demostrarle su mamá y su hermana que se podía comer, Ángela no dudó un momento en ponerse manos a la obra. Tanto fue así que acabó metiendo incluso el pie dentro de su pastel de cumpleaños.

Hubo momentos de risas, de enfados e incluso de lloros. Durante estás sesiones es normal que los enanos pasen por estas fases, pero forman parte de su esencia y sobre todo, de la esencia de estas divertidas sesiones.

Al finalizar la sesión, como en todas las demás, la pequeña fue directa al baño para quitarse los restos de la tarta.